Biohacking: ser «más que humanos»

¿Qué significa exactamente «más que humanos»? La mejora más allá de nuestras capacidades básicas y conocidas –una fuerza que perturba drásticamente la forma en que la trabajamos, nos comunicamos y nos entretenemos– puede mejorar nuestra capacidad para realizar incluso las tareas más básicas.
Han comenzado ya a implantarse microchips que permiten a los trabajadores abrir puertas, conectarse a terminales y efectuar pagos. Es probable que esto sea solo el comienzo de unas «biomejoras» que permitirán a los empleados desempeñar tareas con mayor facilidad y rapidez y obtener mejores resultados.
Nos aguarda un futuro cercano en el que se necesitarán implantes inteligentes, prótesis de alto rendimiento y componentes y «wearables» que mejoren la memoria para que los trabajadores puedan seguir el ritmo de la tecnología. Existen varios ejemplos que sugieren que este «futuro» está más cercano de lo que la mayoría piensa.
El empresario de Space-X, Elon Musk, ha declarado que «si los seres humanos desean seguir aportando valor a la economía, deberán aumentar sus capacidades mediante una fusión de inteligencia biológica e inteligencia mecánica». Musk aboga por la adopción de aumentos mecánicos o digitales para mejorar la capacidad del cuerpo humano.

Seguimiento móvil

Los «wearables» biométricos, tales como los relojes inteligentes, las gafas Google Glass 2.0 y la tecnología de control del estado de salud ofrecen un atisbo a un futuro en el que la tecnología garantizará que la humanidad transcienda sus límites e incremente su potencial. Es probable que tal situación avance a medida que la tecnología «portátil» adquiera influencia en el mundo del trabajo.
Podrán utilizarse dispositivos portátiles que ayuden a los empleadores a supervisar los hábitos fisiológicos y el bienestar de sus trabajadores, lo que permitirá a los primeros garantizar la provisión de los niveles de apoyo necesarios. El grupo de seguros Aetna lleva varios años premiando a sus empleados por dormir toda la noche.
Los participantes pueden usar un dispositivo portátil que se sincroniza con la plataforma de bienestar exclusiva de la empresa y que registra sus pautas de sueño: quienes duermen más de siete horas por noche pueden obtener pequeños incentivos monetarios. En 2016, cerca de 20.000 empleados de la organización participaron en el programa.
Pese a que el nivel de uso de la tecnología portátil sigue siendo bastante bajo en el lugar de trabajo actual, algunas empresas abogan ya, incluso, por la tecnología implantable. Three Square Market, una empresa con sede en el Estado de Wisconsin, ha puesto en marcha un programa experimental de «microchipado» de empleados en el marco del cual se implanta en la mano un microchip de tamaño inferior al de un grano de arroz. Los empleados pueden usarlo para abrir puertas de seguridad, iniciar sesión en los ordenadores e, incluso, comprar alimentos y bebidas.

La combinación del ser humano y la máquina

Va perdiendo fuerza paulatinamente la idea de que existen límites naturales para nuestras capacidades físicas e intelectuales. En tanto las sociedades siguen pugnando por garantizar la consecución de unos niveles de salud básicos y urgentes, está cobrando fuerza a la idea de que la forma humana –sus características físico-cognitivas, su fragilidad, sus limitaciones – puede (y debe) mejorarse para incrementar de manera fundamental su rendimiento.
BioStamp es un tatuaje digital desarrollado por la empresa estadounidense MC10 capaz de registrar una amplia gama de datos. Se estampa directamente en la piel y recoge datos sobre temperatura corporal, niveles de hidratación, exposición a los rayos UVA, etc. Un paso más allá consiste en un sensor ingerible que se comunica con el dispositivo potátil. Actualmente, esta tecnología está demostrando poseer un gran potencial en la industria sanitaria, para la que el valor de los datos cuantificables sobre el bienestar de un paciente a lo largo del tiempo es inestimable. Al igual que sucede en el caso de estas tecnologías en el sector médico, apenas hemos comenzado a desarrollar su potencial.
En el libro de la escritora Eve Herold «Beyond Human» (Más que humanos) se documenta el desarrollo de nuevas tecnologías médicas que se basan en una combinación de computación, terapia genética y robótica. Herold afirma que aquellas albergan el potencial de transformar drásticamente nuestras vidas y de ampliar nuestra esperanza de vida.
El artista británico-catalán Neil Harbisson se identifica como «ciborg», un término propio de la ciencia ficción y la cultura pop referido al ser humano que lleva implantados aumentos corporales. Los «ciborgs» están tomando medidas para defender sus derechos y su identidad y para que esta se reconozca jurídicamente. Esto indica de nuevo que la realidad de trabajar con personas que han aumentado sus capacidades humanas mediante la integración de piezas mecánicas está más cerca de lo que cabría imaginar.

Mejores condiciones: ¿a qué precio?

Los datos biométricos que pueden recogerse mediante dispositivos portátiles o implantes podría permitir a las empresas determinar las condiciones de trabajo de los empleados en función de su salud. Ciertos trabajadores pueden rendir mejor con un determinado nivel de glucosa en sangre, en diferentes momentos del día o, incluso, en distintos niveles de luz ambiental. Al recopilar esta información, las empresas podrán adaptar las condiciones de trabajo para ayudar a que sus empleados den lo mejor de sí. Se puede desarrollar una nueva forma de eficiencia personalizada supervisando los signos vitales del empleado y proporcionando el entorno óptimo para la productividad.
Las organizaciones que fomentan, o incluso exigen, la adopción de este tipo de tecnologías deben obrar con cautela. Las personas ya están muy sensibilizadas en lo que concierne a su información personal, por lo que exigirán garantías sólidas acerca de la seguridad de cualquier información adicional que deseen divulgar.
Podría ser necesario que ciertas secciones de la plantilla incorporaran dispositivos portátiles o «biomejoras» para competir y colaborar con las máquinas. Con el advenimiento de tecnologías como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, las máquinas están dando grandes pasos y las personas tendrán que ser capaces de mantener el ritmo.