Labor Welfare

La falta de conexión se está convirtiendo en una de las principales razones de la actual corriente de renuncia que se ha instalado en muchas personas y contra la que las compañías están estableciendo estrategias de valor para invertirla. Para abordar esta necesidad de conexión y bienestar, los departamentos de Recursos Humanos y Gestión del Talento fomentan la adaptabilidad, es decir, la capacidad de aprender de forma flexible y de aplicar esos conocimientos en distintas situaciones.  

La adaptabilidad aumenta el bienestar y la felicidad de los/as trabajadores/as, convierte la adversidad en una oportunidad de aprendizaje y ayuda a crear un entorno en el que se generan resultados a diferentes niveles: 

1. Individual: en los últimos tiempos, los dos factores más importantes para los empleados que planean dejar su trabajo han sido la necesidad de restablecer el equilibrio entre la vida laboral y personal, y poder volver a dar prioridad al bienestar físico y emocional. La adaptabilidad permite adoptar mentalidades más flexibles, especialmente, aplicables a momentos de mayor presión, y fomenta el autocuidado constante necesario para hacer frente a un entorno cambiante. 

2. Interpersonal: no sentirse valorado y no sentir pertenencia a un equipo o proyecto han resultado igualmente dos de los motivos más esgrimidos para dejar el trabajo. La adaptabilidad ayuda a conectar con los demás, normalizando la importancia de las relaciones de calidad en el trabajo y proporcionando el conjunto de habilidades para fortalecerlas, especialmente en entornos virtuales. 

3. Equipo: el nivel de confianza en los compañeros contribuye a la percepción de seguridad psicológica, reforzando o debilitando la capacidad de adaptación. El efecto renovador de la adaptabilidad en las relaciones puede impulsar la creación de entornos de trabajo atractivos para los candidatos, ya que cuanto mayor es la seguridad psicológica, más rápidamente mejora el sentimiento de pertenencia y el compromiso.  

4. Organizativo: La adaptabilidad sirve de refuerzo definitivo para todos los niveles, ya que proporciona un sentido general de identidad para las personas que forman parte de la organización, al tiempo que genera una cultura corporativa que da prioridad a las personas, impulsando la autonomía, la pertenencia y la competencia. 

El mundo cambia a velocidad de vértigo y esto nos afecta tanto a nivel personal como laboral. En este contexto, la adaptación y gestión del cambio se ha convertido en una habilidad fundamental para enfrentarnos al presente y al futuro. En este contexto, la gestión de la adaptabilidad ayuda a agilizar las transformaciones y, en consecuencia, a incorporar dicha capacidad como seña de identidad de las organizaciones. 

El equipo de consultores en estrategia de Michael Page colabora con compañías de todos los ámbitos en la personalización de programas de desarrollo de capacidades de los empleados y las brechas de habilidades para aumentar la eficacia, así como el desarrollo de políticas globales de gestión del talento, asegurando tanto la atracción como el compromiso del mismo.

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