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Encontramos el talento que las empresas necesitan y las oportunidades adecuadas para los profesionales
Las vías para conseguirlo son múltiples: Desde actividades de Outdoor Training a acciones voluntarias de Responsabilidad Social Corporativa como organización de carreras y campeonatos corporativos u otras como escapadas de fines de semana en las que se combinan sesiones de trabajo con ejercicios más lúdicos y charlas motivacionales. Algunos ejemplos son:
Escape Room
Hackathon Interno
Juegos de supervivencia o retos al aire libre.
Cocinar en equipo
Competencias de trivia
Talleres de creatividad con arte o música
Actividades deportivas en equipo
En todas ellas, encontramos una serie de beneficios que ayudan a fomentar el tan deseado sentimiento de pertenencia.
Por un lado, los empleados crean lazos más cercanos con sus compañeros en un contexto más distendido e incluso, rompen barreras con personas con las que podrán tener algún tipo de conflicto o desacuerdo. Además pueden mostrar aspectos de ellos mismos que en el contexto laboral no podrían como: la capacidad creativa, la asunción de riesgos o dotes de liderazgo de equipos.
Salen de la rutina, viven una experiencia diferente y amena, y esto siempre resulta motivador. De esta manera, se sienten parte de la compañía, mejorando la visión de los empleados sobre la empresa, en un contexto en el que el salario emocional es cada vez más valorado por las personas.
Por su parte, las empresas refuerzan los vínculos de unión entre los empleados y fortalecen los principales factores de cohesión que necesitan los equipos: confianza, comunicación y compromiso. A través de acciones de Team Building se promueve el espíritun de equipo entre los colaboradores y favorecen el intercambio de información y conocimientos.
Además estas actividades se convierten en una ocasión idónea para transmitir los valores y mensajes de la compañía, despertar una actitud positiva en los trabajadores y descubrir en ellos competencias y talentos que hasta ahora mantenían escondidos.
Todos estos beneficios se retroalimentan y repercuten directamente en la tasa de productividad de la empresa, actuando en:
En definitiva, tres factores condicionantes fundamentales que permiten que los trabajadores se sientan más comprometidos, incrementen su empatía y capacidad de comunicación, comprensión, cooperación y resolución de conflictos, aumentando así su rendimiento.
Al final, la cultura empresarial es lo que da a muchas empresas la ventaja sobre el resto de sus competidores para alcanzar el éxito, y ésta solo se logra en equipo y con un fuerte sentimiento de pertenencia.
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