Probablemente hayas escuchado que determinadas organizaciones e incluso algunos países se están planteando la posibilidad de reducir la semana laboral de cinco a cuatro días.

Lo primero que hay que tener en cuenta para reflexionar sobre las implicaciones de este tipo de modelos son sus condiciones. En primer lugar, si se reduce la jornada laboral o, como en el caso de Bélgica, el número de horas se mantiene, pero existe la posibilidad de concentrarlas. Y, en segundo, si afecta al sueldo o éste permanece inalterable en caso de que disminuyan las horas trabajadas.

Pro: productividad

Las compañías que ya han adoptado la semana laboral de cuatro días destacan, como principal beneficio, el aumento de la productividad de los empleados/as. Esto se traduce en una mayor optimización del tiempo y una mejor gestión de las reuniones, pero, además, en una reducción del absentismo, ya que los profesionales suelen aprovechar el día libre adicional para realizar aquellas gestiones personales que necesiten.

Contra: carga de trabajo

Una de las dudas que se plantea a la reducción de la semana laboral es cómo impacta en la organización de los empleados/as. ¿Concentrar el mismo volumen de trabajo en menos días podría desembocar en un mayor estrés para los profesionales? Eso es lo que consideran algunos expertos que, además, opinan que muchos empleados/as se verían obligados a alargar su jornada durante los días laborables para poder cumplir con todos sus compromisos profesionales y tener un día adicional de descanso.

Pro: conciliación

La conciliación se ha convertido en una de las prioridades de los profesionales, especialmente a partir de la pandemia. Algunas de las compañías que están experimentando con la semana laboral de cuatro días destacan que sus empleados/as valoran especialmente la oportunidad que les ofrece para alcanzar un mejor equilibrio entre su vida profesional y personal, al disponer de más tiempo libre para dedicar a su familia, amigos o a su propio bienestar y descanso.

Contra: rentabilidad de las organizaciones

Muchos de los expertos que se posicionan en contra de la semana laboral de cuatro días argumentan que su implantación impactaría de forma negativa en la rentabilidad de las organizaciones y, por tanto, en su margen de beneficios, haciendo que a la larga las compañías no fueran sostenibles.

Pro: atracción y retención de talento

Solo unas pocas organizaciones se han atrevido a implantar la jornada semanal reducida, por lo que están recibiendo mucha atención mediática y esto repercute positivamente en su capacidad para atraer y retener talento. En sectores en los que existe un significativo desajuste entre oferta y demanda de profesionales, como el tecnológico, este tipo de iniciativas podrían marcar la diferencia e impulsar su imagen de marca empleadora.

Contra: viabilidad en determinados sectores

Como acabamos de mencionar, existen sectores o empresas en los que, por su actividad, es más factible concentrar la jornada laboral que en otros. Entre estos últimos, encontramos algunos como la Hostelería, en los que no es posible realizar el mismo trabajo en menos tiempo o aquellas compañías que dan servicio a clientes y deben ofrecer una gran disponibilidad de sus equipos. En estos casos la necesidad de establecer sistemas de turnos complicaría notablemente esta medida.

Ya conoces los posibles beneficios y desventajas de la semana laboral de cuatro, ¿quieres conocer otras tendencias?

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